Lila Siegrist

Nació en Rosario en 1976. Es artista visual, editora, agitadora cultural y se ha desempeñado en políticas públicas vinculadas al ámbito cultural. Desde muy jovencita se ha formado con Juan Grela, Jorge Gumier Maier, Noemí Escandell y Arturo Carrera. Ha participado de numerosos colectivos artísticos.
Ha trabajado como Asesora Experta en Análisis de Gestión Cultural, Jefatura de Gabinete de Ministros, en Presidencia de la Nación. Se ha desempeñado como Subsecretaria de Industrias Culturales y Creativas, Municipalidad de Rosario (2015-2018), como Directora Provincial de Comunicación Estratégica, Gobierno de la Provincia de Santa Fe (2018-2019). Ha integrado el comité de creación de la Licenciatura de Gestión Cultural – UNR (2018-2019). Ha co-curado el Festival de Pensamiento Contemporáneo (2017-2019). Ha sido coordinadora del Programa de Artes Visuales, Centro Cultural Parque de España, AECID, 2007-2010. Ha publicado y editado artículos y libros: Anuario. Registro de acciones artísticas, Rosario (2011-2014); Vikinga criolla, Yo soy Gilda editora, (2012); Tracción a sangre, IVAN ROSADO, (2013); Destrucción total, Blatt & Ríos, (2014); Te quiero abrazar mucho, Mansalva (2019). Su obra integra colecciones públicas y privadas del país y el extranjero. Coeditó Bitácora (2020). Colabora con El DiarioAr, con la revista Anfibia y con REA.
Poemas
De Tracción a sangre, Iván Rosado (2013)
He vuelto a estar despierta mientras te leo
(Xq estar despierta es estar despierta durante la noche
a nadie se le dice que se quedó despierto todo el día
me falta, ahora, durante la noche
el cigarro
el farolazo
la conversación).
Así todo he vuelto a estar despierta viendo el bronceado de mis falanges
aturdiendo la negrura del escritorio
como una araña lenta y fresca de comodidad:
replicando en espejo aquello que pasa en corteza frontal.
Podría escribir para todos, podría regalar proyectos.
Podría seguir enterrando gente.
Podría seguir macerando fotos.
Pero prefiero quedarme despierta, sagaz de colores.
Vuelvo al paisaje entonces, a mi cápsula expandida húmeda.
Y no le pido nada a la luz.
Ahora que mis novedades ya no llegan,
que Grela puede ser:
todos los colores
todas las palabras
todos los sampleos
todas las líneas
y no puedo escribirlo
y logré ver, adivinar, aquel arañero de hace un mes,
solazada por saber ese pájaro
finalmente, definitivamente, tiene un nombre
más distinguido: TANGARÁ.
Un mes pensando tu nombre
qué alegría pronunciarte: TANGARÁ
en 9 centímetros verte
en segmento bicolor, tan exacto
contraste de complementarios tan preciso: TANGARÁ
amplia frente y ventral oropimente
azarnefe
negro violáceo en dorsal,
qué acento en la Santa Rita: TANGARÁ
con tu andar
en estrato medio y alto.
Oculto.
Movedizo.
Recorredor de jardines: TANGARÁ.
Puedo escribirte algo como única verdad:
no hay minas para los escritores.
Chicas jóvenes poetas de mi tierra: dejad la poesía,
se pondrán vetustas y mustias
desdentadas,
la poesía les robará la belleza,
alejad al diablo de la fealdad si queréis seguir siendo esplendorosas,
es un llamado a la solidaridad: chicas jóvenes poetas abandonad la poesía,
si queréis continuar con la lozanía de vuestra piel y de vuestro pelo,
si queréis mantener la chispa de la vida en vuestros ojos,
no tenéis más que ir a ver con vuestros propios ojos:
hay contados casos de hermosas poetas con todos sus miembros bien puestos y conservados con más de una vida dedicada al verso.
TANGARÁ.
Haced caso jovencitas, mirad al TANGARÁ.
Aquí más: ¿y esas minas de la poesía?
son poetas que exudan poemas.
Yo inspiré un libro de poemas en el que no aparezco,
en el que hago un ruido atroz
y la figura no es rubia.
Inspiré un libro sobre ciudades condales,
edité y leí hasta el cansancio,
hasta el cansancio de estar sentada,
devolución en vuelo transatlántico.
Yo inspiré dos poemas del gran poeta con mi última juventud poética,
y no mucho más.
Yo inspiré la novela del gran editor de América Latina maniatado
el caballero aprende a tipear una pantalla.
Yo inspiré con mis poemas habados y mis dibujos aplanando ternura
los cuentos del morocho litoraleño
ahora rioplatense.
Con él somos dueños de la humedad del país,
y de un mismo swing nativo.
Me pregunto entonces: una escena es cuando dos testigos observan un fenómeno
y comentan al respecto.
Yo puedo ser una escena.
De Te quiero abrazar mucho, Mansalva (2020)
Poda y escamonda en Villa La Ribera
enhebramos lombrices entre dos puentes del loco Carcarañá.
Le tememos más a ese río que a todo el Paraná junto
Ahí apretemos bagres con intransigencia y valentía;
no serán bichos, serán próceres.
Le tememos más a ese río que al mar abierto. Nadar y sobrevivir.
un racimo de colores subtropicales,
andarivel costero del loess nativo;
un sendero de cuerda que destella magno como mis pestañas enamoradas.
Extraño el mundo de la ternura,
pasar calor y corroborar que mi fisiología está vigente.